Visitamos Peratallada en la Costa Brava

Peratallada, un pueblo sacado de un cuento de la Edad Media
La pintoresca localidad gerundense de Peratallada, cuyo nombre significa “piedra tallada”, suele estar casi siempre en lo alto de todas las listas de los pueblos más bonitos de Cataluña. Le sobran los motivos. El amor a primera vista es literalmente instantáneo para la mayoría de los visitantes que han tenido la suerte de conocer esta villa de interior, que pertenece al municipio de Forallac y está situada en el corazón de la comarca del Bajo Ampurdán, a pocos kilómetros de las mejores playas y calas de la Costa Brava.
Un paseo por la Toscana catalana
La belleza de Peratallada y sus alrededores ha sido frecuentemente comparada con los paisajes de la preciosa región italiana de la Toscana. Esta comarca catalana atesora un conjunto espectacular de pueblos medievales que dibujan un bucólico entorno entre las grandes cimas de los Pirineos orientales y el incomparable mar Mediterráneo, convirtiendo la zona en una de las más atractivas de la península ibérica.
Pasear y perderse por su entramado de callejuelas y plazas adoquinadas, visitar el castillo de cuento erigido en el siglo XI y los fosos, torres y murallas medievales excavados directamente sobre la roca o admirar las hermosas casas de piedra engalanadas con flores, buganvilias y hiedras, es hacer un viaje sorprendente en el tiempo y trasladarse a la Edad Media.
A pesar de tratarse de un importante destino turístico, especialmente durante los fines de semana y en verano, Peratallada ha sabido mantener intacto su carácter relajado y tranquilo, al igual que la personalidad de los lugareños. Todo el núcleo histórico es prácticamente peatonal. Tanto de día como de noche es un lujo caminar sin rumbo fijo por las calles empedradas y disfrutar atónito entre fotografía y fotografía del excelente grado de conservación de la villa y la riqueza arquitectónica de sus monumentos.
Qué visitar en Peratallada
La población, declarada Conjunto Histórico-Artístico y Bien Cultural de Interés Nacional, forma parte del denominado ‘Triángulo de Oro’ del Bajo Ampurdán. El punto de partida ideal para iniciar el recorrido por el ambiente especial que se respira en sus calles es estacionar el coche en el aparcamiento que se encuentra delante de la iglesia de Sant Esteve, una joya medieval de estilo románico que fue construida extramuros en el siglo XII.
Cruzando la carretera se ubica el Portal de la Virgen, la puerta de entrada mejor conservada de la localidad y donde ya se puede observar el espectacular conjunto fortificado formado por torres y murallas. En este punto se alzaba antiguamente un puente levadizo que cruzaba el foso, propiciando que Peratallada fuera uno de los núcleos medievales más inexpugnables de la época en la región debido a su fuerte sistema defensivo.
Atravesando la Calle de la Roca, el visitante entenderá por qué el pueblo se llama Peratallada, ya que las murallas y demás edificaciones están construidas en la misma roca desde hace varios siglos. Rincones mágicos cerca de la Torre del Homenaje, vestigio del siglo XI junto a los muros del antiguo Castillo de Peratallada, aguardan majestuosamente al viandante, así como las calles estrechas y serpenteantes en los aledaños de la Plaza dels Esquiladors, uno de los emplazamientos imprescindibles de la villa por su extraordinaria belleza, además de la Plaza del Castell y la Plaza de les Voltes.
Gastronomía ampurdanesa
Comer o tomar algo en esta joya de aspecto feudal es toda una experiencia para los sentidos, que no solo cautiva por su rico patrimonio cultural y artístico, porque la propuesta gastronómica es otro de sus puntos fuertes. Destacan sus productos locales de proximidad como las hortalizas frescas, suculentas carnes y deliciosos pescados, que combinan lo mejor del mar y la montaña. Asimismo, uno no puede irse de Peratallada sin haber probado el plato por excelencia de la localidad, el clásico arroz a la cazuela.
Mercado inmobiliario en Peratallada
Pocos pueblos de España están tan bien cuidados como Peratallada y transmiten un ambiente tan singular de autenticidad. Por estas y otras muchas razones, para los más nostálgicos de la época medieval, comprar una casa en Peratallada es uno de los sueños más anhelados. Masías tradicionales, fincas rústicas y rurales con o sin jardín, casas de piedra restauradas o todavía sin restaurar; la oferta es extensa, y tanto el casco histórico como sus afueras presentan un amplio abanico de posibilidades.
Qué ver en los alrededores
Peratallada está situada a tan solo 6 kilómetros (10 minutos en coche) de la población vecina de Pals, otra villa medieval que merece mucho la pena visitar por su particular encanto. A 15 minutos en coche también se encuentra la playa de Pals, una excelente playa de arena fina. Localidades emblemáticas de la Costa Brava como Begur o Calella de Palafrugell están a aproximadamente 20 minutos en coche de distancia, y en sus alrededores se esconden algunas de las playas y calas más maravillosas de la región como Sa Tuna, Cala de Aiguablava, Port Bo o Playa de Llafranc.
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